hay tantas cosas empeñadas en
perderse, que su pérdida no importa.
Pierde algo cada día, acepta el río
de llaves que se pierden,
de llaves que se pierden,
horas malgastadas.
No, no es difícil adquirir el arte de perder.
Practica entonces perder más, más rápido:
nombres, lugares, ¿para dónde ibas?
Ninguna de estas cosas es desastre.
Perdí el reloj de mi madre,
Perdí el reloj de mi madre,
y -fíjate- la última o la penúltima
casa querida que tuve.
No, no es difícil adquirir el arte de perder.
Perdí mis dos adoradas ciudades,
Perdí mis dos adoradas ciudades,
e incluso algunos sitios de los que era dueña,
dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no es un desastre.
Incluso si te pierdo a ti
Incluso si te pierdo a ti
(tu voz bromista, esos gestos que adoro)
no habré mentido.
11 comentarios:
Poema de Elizabeth Bishop, imagen de W. Strempler.
Abrazos para todos :)
Y solamente cuando has perdido tanto te hace valorar todo lo que tienes
Abrazo
¡De acuerdo!
Abrazos.
La cuestión sería saber perder lo que poco importa y conservar lo que más vale. Pero lleva demasiado tiempo el lograrlo de ese modo.
Saludos,
J.
Totalmente de acuerdo, aunque te lleve media vida para darte cuenta,pero nunca es tarde para lograrlo
Justo el otro día escuchaba a Johnny Thunders...
https://youtu.be/wQoDCEKZyQw
Interesante...a mí me ha costado siempre aceptar a perder hasta no hace tanto. Hay que saber adaptarse y dejar marchar, muy de acuerdo. Un saludo!
Creo que eso es todo un arte que muy poco dominamos, jajaja.
¡Saludos!
El equilibrio perfecto entre la melancolía y la aceptación de haber nacido perdedores.
¡Gracias por la recomendación, Desorden!
Sí. La teoría nos dice “aprende a dejar ir, cueste lo que cueste”; la práctica lo hacer muy muy difícil.
Pero creo que el arte de perder es como un músculo que, con la experiencia, uno va ejercitando.
¡Saludos!
Pero, como dice Nabila, nunca es tarde para lograrlo.
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