martes, 19 de diciembre de 2017

Diez minutos antes de la medianoche


M
iguel.- El silencio es lo más elocuente que existe. Solo cuando callamos lo decimos todo.

Herminia.- Entonces, ¿por qué no se calla usted?

Miguel.- Porque yo no tengo nada que decir.

Herminia.- Y si tuviera usted algo que decir, ¿se callaría? (Miguel responde afirmativamente con la cabeza y guarda silencio.) ¿Por qué se calla usted ahora? ¿Es que se le ha ocurrido decirme algo de pronto? (Miguel vuelve a afirmar con la cabeza y queda mirando a Herminia fijamente.) ¿Sí? (Miguel, sin cesar de mirarla, no contesta.) ¿El qué? (Miguel, sin contestar, sigue mirándola fijamente. Herminia, irritada.) Le he preguntado a usted qué es lo que tiene que decirme.

Miguel.- Y yo acabo de decírselo. ¿No me ha entendido?

Herminia.- (De mal humor.) ¡No! (Volviendo la cara hacia otro lado.) No le he entendido...

Miguel.- Le he dicho con mi silencio que, a pesar de que le he confesado estar cansado, mi alegría suprema sería que entrásemos de nuevo ahí, al salón, de donde me parece que los dos hemos salido impulsados por el aburrimiento, y bailáramos juntos un baile, dos bailes, diez bailes: todos los bailes de la noche... (Extremando su insinuación.)
Le he dicho sin hablar que daría cuanto me pertenece por conseguir llevarla a usted en los brazos sintiéndola recostada contra el corazón, aspirándola, respirándola... (Con un soplo de voz.)
¿Sería usted capaz de negarme eso?

3 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Fragmento de una obra de teatro de Jardiel Poncela; foto de Isabella Rossellini y David Lynch.

Besos de martes a todos :)

dEsoRdeN dijo...

Siempre es mejor callar para expresar cosas reales, que abrir la boca para no decir absolutamente nada

bss

Espérame en Siberia dijo...

Exacto. A veces el silencio encierra todo lo que queremos decir.

Besos, Desorden.