martes, 29 de mayo de 2018

No digas noche



Nadie sabe nada de los demás. Y menos que nada cuando se trata de amor. El amor, según mi opinión, era realmente un estado destructivo. Dos extraños que de pronto se ven, no es que se vean, se huelen, y en un abrir y cerrar de ojos quedan más unidos que una hermana y un hermano. Comienzan a dormir juntos en la misma cama aunque no sean de la misma familia. Y muchas veces se trata de dos que no son el uno al otro aunque el mundo se derrumbe a su alrededor.
Mira la destrucción. Tal vez son más los que mueren por amor que los que mueren por la droga. Quizás deberían inventar, también para estos casos, alguna terapia de desintoxicación.

1 comentario:

Espérame en Siberia dijo...

Fragmento de "No digas noche", de Amos Oz. Fotograma de 'Candy'.

Besos a todos.