skip to main |
skip to sidebar
Los cínicos no sirven para este oficio
Lo contrario de un relato no es el silencio o la meditación, sino el olvido. Siempre, siempre, desde el principio, la vida ha jugado con el absurdo. Y dado que el absurdo es el dueño de la baraja del casino, la vida no puede hacer otra cosa que perder. Y, sin embargo, el hombre lleva a cabo acciones, a menudo valientes. Entre las menos valientes, y no obstante, eficaces, está el acto de narrar. Estos actos desafían el absurdo y lo absurdo. ¿En qué consiste el acto de narrar? Me parece que es una permanente acción en la retaguardia contra la permanente victoria de la vulgaridad y la estupidez. Los relatos son una declaración permanente de quien vive en un mundo sordo. Y esto no cambia. Siempre ha sido así. Pero hay otra cosa que no cambia, y es el hecho de que, de vez en cuando, ocurren milagros. Y nosotros conocemos los milagros gracias a los relatos.
13 comentarios:
Declaración de John Berger en el libro "Los cínicos no sirven para este oficio" que trata sobre la trayectoria periodística de Ryszard Kapuscinski.
Foto de Ryan McGinley.
¡Y todo mi cariño para ustedes!
Todos queremos narrar, crear.... Buena emtrada y linda foto.
Todos estamos en esta aventura.
"Lo contrario de un relato no es el silencio o la meditación, sino el olvido." Maravillosa frase, me la guardo.
Un saludo~
Genial, y la foto preciosa.
Saludos!
Me dejaste dándole vueltas...
Un beso
Gracias por atrapa fragmentos tan interesantes y posarlos en tu blog de esta forma tan genial.
siempre fiel a tus entradas...
Besos almendrados ;)
Seguimos leyendo relatos, y esperando milagros.
Besosssss
Maravilloso! Acción en la retaguardia y el milagro que se conoce a través de la narración.
Un abrazo.
Francamente narra objetivamente para mi es tan complejo como ignorar a mi neurona cómica...
El cinismo es lo único que nos ayuda a sobrevivir en un mundo de inconformidad, consumismos y dobles discursos.
Saludos
J.
Leerte es jugar a la ruleta rusa con balas de algodón. O eres una partida de poker en la que siempre acude a ti una buena mano...
Eres mi trébol de la literatura, Mariana...
Mi admiración
Mario
qué pena de latidos míos, entre vulgares y estúpidos!!
Publicar un comentario