jueves, 1 de junio de 2017

Autoexploración


He releído todo lo nuestro; he vuelto a tocar aquello que nos ha mantenido unidos por más de ocho años, y debo confesar que mi corazón dio un vuelco.
He revivido situaciones amargas y dulces, compañías gratas y otras que fueron tóxicas por mucho tiempo (en la mayoría de los casos, fue mi ceguera emocional la que mantuvo abierta esa puerta más de lo debido).
El ejercicio lo he hecho tantas veces que cada ocasión me revela algo nuevo. Hoy escuché la voz que yo misma silencié por miedo a ser rechazada, ridiculizada y minimizada años atrás.

Mi corazón no ha cambiado y a la vez se ha convertido en algo tan distinto. Los espejos en los que me he visto los últimos días me han dicho a gritos lo que había creído olvidar, y lo agradezco. Lo agradezco porque me recuerdan que estoy viva, porque me han demostrado que el tiempo no borra nada, porque me han hecho ver de golpe que también hay cicatrices hermosas.

El juego que una vez creí entender, ha cambiado sus reglas más de una vez y hoy acepto la siguiente misión: el reto está en seguir fluyendo. 
Así, el amor, los encuentros y desencuentros, la ansiedad y los anhelos que me trajeron hasta aquí seguirán sucediendo en el caos perfecto que es la vida.

Y todo estará bien. Todo estará en calma.

5 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Besos y cariños, siberianos :)

Nieves Martín dijo...

Asi es el amor. Sin mas

Besos !!

Espérame en Siberia dijo...

El amor, la vida.

Besines, querida :)

zangolotino dijo...

A veces el Amor cuando se escapa duele

Espérame en Siberia dijo...

Aunque ese no sea el caso.

Besos