sábado, 20 de septiembre de 2014

El animal ajeno, el extraño, el extranjero

Somos extranjeros. Vivir sin la extrañeza debe ser terrible: un estado de coma, de suspensión. Sólo es posible entender a los otros gracias a la diferencia porque así comulgamos y asimos la honda distancia, la separación y, por consiguiente, el respeto y tal vez el amor. Comprender al otro como lo distinto para aceptarnos, para comprendernos, para sentir el cuerpo y afianzarlo en nosotros no en otro. Dejar ser, mirar con extrañeza, con distancia. Qué fácil hablar y qué difícil murmurar el silencio. 

8 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Fragmento del libro "Barrio Verbo", de Ingrid Solana.
Ilustración hallada en Pinterest.


Cariños y besos para todos :)

Automne dijo...

Qué hermoso, me encantó!
Besos Bella!

Duna Loves dijo...

Qué aburrido sería ser todos iguales y no poder sorprendernos, aprender de los demás y mejorarnos unos a otros...

Sonsoles dijo...

Precioso.
A veces, sí, me siento extranjera hasta en mi misma, y me gusta ;)
A mi me gusta pq es entonces, cuando aprendo a conocerme
Besitos

Darío dijo...

Así es, así es como es. Aceptar al otro en lo común no es una hazaña. La diferencia es lo importante. Un abrazo.

Eva y la manzana dijo...

En parte, es un poco como la necesidad de haber sentido cierta tristeza para poder abrazar mejor la felicidad. Conseguir que llene más.
Un abrazo, querida siberiana

Chaly Vera dijo...

Soy un extranjero, al que nadie entiende y el que nada entiende.


Besos

Gerònima dijo...

Lo distinto es atrayente, es interesante, es novedoso.
Y te ayuda a saber de ti, por la diferencia.
"... mirar con extrañeza, con distancia." y con amor tiene que ser una mirada genial.


Besazos bella!