lunes, 25 de abril de 2011

Palinuro de México



Hacíamos el amor compulsivamente. Lo hacíamos deliberadamente. Lo hacíamos espontáneamente. Pero sobre todo, hacíamos el amor diariamente. O en otras palabras, los lunes, los martes y los miércoles, hacíamos el amor invariablemente. Los jueves, los viernes y los sábados, hacíamos el amor igualmente. Por último, los domingos hacíamos el amor religiosamente.


O bien, hacíamos el amor por compatibilidad de caracteres, por favor, por supuesto, por teléfono, de primera intención y en última instancia, por no dejar y por sí acaso, como primera medida y como último recurso. Hicimos también el amor por ósmosis y por simbiosis: a eso le llamábamos hacer el amor científicamente. Pero también hicimos el amor yo a ella y ella a mí: es decir, recíprocamente. Y cuando ella se quedaba a la mitad de un orgasmo y yo, con el miembro convertido en un músculo fláccido no podía llenarla, entonces hacíamos el amor lastimosamente.


Lo cual no tiene nada que ver con las veces que yo me imaginaba que no iba a poder, y no podía, y ella pensaba que no iba a sentir, y no sentía, o bien estábamos tan cansados y tan preocupados que ninguno de los dos alcanzaba el orgasmo. Decíamos, entonces, que habíamos hecho el amor aproximadamente.


O bien, a Estefanía le daba por recordar las ardillas que el tío Esteban le trajo de Wisconsin y que daban vueltas como locas en sus jaulas olorosas a creolina, y yo por mi parte recordaba la sala de la casa de los abuelos, con sus sillas vienesas y sus macetas de rosasté esperando la eclosión de las cuatro de la tarde, y así era como hacíamos el amor nostálgicamente, viniéndonos mientras nos íbamos tras viejos recuerdos.


Muchas veces hicimos el amor contra natura, a favor de natura, ignorando a natura. O de noche con la luz encendida, mientras los zancudos ejecutaban una danza cenital alrededor del foco. O de día con los ojos cerrados. O con el cuerpo limpio y la conciencia sucia. O viceversa. Contentos, felices, dolientes, amargados. Con remordimientos y sin sentido. Con sueño y con frío. Y cuando estábamos conscientes de lo absurdo de la vida, y de que un día nos olvidaríamos el uno del otro, entonces hacíamos el amor inútilmente.


Por envidia de nuestros amigos y enemigos, hacíamos el amor ilimitadamente, magistralmente, legendariamente. Para honra de nuestros padres, hacíamos el amor moralmente. Para escándalo de la sociedad, hacíamos el amor ilegalmente. Para alegría de los psiquiatras, hacíamos el amor sintomáticamente. Y, sobre todo, hacíamos el amor físicamente. También lo hicimos de pie y cantando, de rodillas y rezando, acostados y soñando. Y, sobre todo, y por la simple razón de que yo la quería así y ella también, hacíamos el amor voluntariamente.

35 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Fernando del Paso.

Jordi Guerola dijo...

Espectacular texo, ha quedado claro que lo que hacían no era jugar a las cartas :)

Espérame en Siberia dijo...

Jajajajaja. ¡Petonets for you!

Ardid dijo...

Eso deberíamos hacer todos. ;)

Sentimientos! dijo...

Me encanto Mariana :)
besitos

Laura dijo...

Sencillamente hermoso Siberiana!!

Adriana Pujol García dijo...

Me ha enamorado tu entrada.
Solo digo eso!

Sabagg dijo...

Es que es una entrada apoteósica!

Darthpitufina dijo...

Cuántos adverbios para hacer el amor!

Un besote y buen inicio de semana, cielito.

Emiliana dijo...

Me encantó este texto. Largo o corto, resume perfectamente lo que sentimos y queremos, o no.
Lo importante de estar siempre dispuesto y con ganas, sin importar las formas.

Karale dijo...

Me ha encantado :)
El texto es de algun libro?
Ahora no me estoy leyendo ninguno y volaría a la biblioteca para leerlo ávidamente ^^

Cuidate mucho y sobretodo, no olvides nunca de escribir estas entradas que tanto enriquecen (K)

Ramona. dijo...

haciamos el amor voluntariamente♥
esa me agrado.D
Qe tengas un lindo dia!

Bellota dijo...

Son todo un ejemplo a seguir. Mejor irían las cosas.

eMiLiA dijo...

Lo importante es el verbo, qué más da el adverbio que lo acompañe.

Gracias, bella, por tus palabras en mi espacio. Siempre se te siente cerca.

Abrazo inmenso.

:)

Carms dijo...

Ahora sí te luciste, guapérrima. Amo por completo el texto y la foto de fotos. Me da taaantísimo gusto saberte y hallarte con una actitud así... ojalá pronto se nos de el poder platicarlo. Mucha buena vibra :) y más besos para tu estancia en nuestro caribe.

NACHO dijo...

Simplemente genial!
Besos y buena semana!

Antonio dijo...

Geniaaaaal. Eso es lo que hay que hacer, el amor, y no tantas idioteces de guerras estúpidas sin sentido.

Si una caricia esconde el secreto del universo...

Gracias!


Abrazooooooo

Antonio
http://sonriendoalmundo.blogspot.com/

Anónimo dijo...

me gustó este texto pero sobre todo porque me puso triste.
Hacer el amor tiene demasiados matices, uno llena estas cosas con los recuerdos que le parece, no?
de veras me gustó.
un abrazo.

Nina dijo...

¡Excelente texto!
¡Me gusto cada una de las palabras!

¡Besote enorme, muchísimas gracias por tus palabras en mi Blog, y que tengas una muy buena semana!

Isa Gómez dijo...

oh! sin palabras :)

Anónimo dijo...

Mi hermosa :) Eso, deberiamos hacer el amor, no la guerra y como se debe empezar poniendo el ejemplo, venga, a hacerlo. jajaja.

Hermosa, estas bien? supongo que si, pasa a darme aunque sea una señal chiquita no? Te quiero. Besos

Fer dijo...

Hola me pasó que me cai jugando al futbol y me raspe, pero ya estoy mejor, gracias por pasar por el blog! un saludo

mflorencia dijo...

Wo! Qué manera de hacerle el amor a las palabras.

Gracias querida,
un abrazo muy grande!

Eva y la manzana dijo...

Hay muchas maneras de hacerlo... Pero yo me quedo con la opción de hacerlo con amor, y voluntariamente, claro.
Un beso

Gabriela dijo...

para tener en cuenta!
Me encanto!

Ella dijo...

Muy bien. Así se hace. Haciéndose el amor reciprocamente... Todo el mundo debería de haber pasado al menos una vez en la vida por esto.
Espectacular texto.
Un azul.

Dayán Lorank dijo...

Aaaaaaaahhhhhhhh!!!! Me han dado unas ganas enormes de recitar esta obra de arte a alguien...


Gracias por compartir estas maravillas con nosotros.

Abrazote!!!! =)

Marlon dijo...

Qué bueno. Increible ese texto.

Acabo de descubrir tu blog, y me encanta!!

Filadora dijo...

Muy bueno!! De verdad, me ha gustado montón!
"Y, sobre todo, ... voluntariamente."

Alex B dijo...

Me ha gustado muchísimo....

( ejemplo a imitar jaja)
Besos

Flor S dijo...

Todo el mundo lo ve como le parece y así opina (suelo detestarlo), pero la verdad está tras uno.

Me encantó este texto. No conocía al autor. ¿Es de algún libro en especial?

Más besos :)

Mario dijo...

Y tus letras me hacen el amor a mí cada vez que deslizo mi punto de mirada entre tus puntos y tus comas. Y lo hago de manera deliberada, de manera pausada, también, de manera liberada, siempre, de manera absoluta, que no absolutista...

Eres, entonces, una fuente de placer escrito. Y lo sabes. Gracias.

Un abrazo, voluntario...

Mario

homefoc dijo...

Me encanta Palinuro de México, me encanta este pasaje de la novela y ahora me encanta tu blog. Lo añadí a favoritos. Gracias, por los textos y por la música.

constantino mpolás andreadis dijo...

“PALINURO DE MÉXICO” DE FERNANDO DEL PASO
La navaja de la posteridad sabrá cantarla. La baraja gastada de su posteridad será una estrella. Una estrella de mar o de domingo, una naranja azul como la tierra eterna. Lo romántico de estos filos no acabarán sus pétalos. Más que diosa, metamorfosis de un destino. Un destino que es un estilo y una rosa seca. Entre las páginas de este libro renacerá el otoño del comienzo. No sus oros aunque tal vez los relojes. No tanto los relojes como la sangre del tiempo. Lo que quiero narrar es la hendidura de una moneda ciega. Lo que quiero añadir es lo imposible de una bandera sin patria ni oprobioso partido pero jamás neutral. Como si detrás de Salvador Dalí la risa muerta de Marcel Duchamp fuera también la vida y su ajedrez de labios. Todo cabe en este adiós desnudo donde no sobra nada sino todo. Qué andén y hacia qué tren nos despidieron las cerraduras rotas de estas llaves intactas. Un himno virgen de dentaduras postizas es el sombrero o lágrima de este espejo sin rostro. Las manos como manos que no sólo son manos sino siempre cadenas que te ataran al mundo de una caricia en llamas. Del Paso o Palinuro o José Trigo, con sus idas y vueltas, con sus más y sus menos, encontrarán el rumbo de estos pasos perdidos, sin mí pero conmigo, o a pesar de esta prosa, para llegar al centro del que partieron tanto, no punto de partida ni palabras al viento, sino viento de partes y piedra en el camino, pedrada o testimonio de una niñez invicta como un vaso vacío. Fundar el brindis, la comunión, la espalda, pero de sol a sol, con la literatura como único premio.

constantino mpolás andreadis
candremis@gmail.com
LITERATURACONSTANTINO.BLOGSPOT.COM

Anónimo dijo...

Mucho adverbio mano!